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Formalizarse, el proceso temido.
Formalizarse, el proceso temido.
Dos preguntas que generalmente recibimos en Asesorías H&C Spa son:
1. ¿Es necesario que formalice mi emprendimiento?
2. ¿Qué beneficio tendré al estar formalizado?
Antes de responder estas preguntas, es importante saber que toda persona que obtenga
beneficios económicos producto de un intercambio voluntario de derechos de propiedad
—o, más claro, que participe en el mercado donde se transen bienes y servicios— debe
declarar esos ingresos. Esto aplica independientemente de si la persona ya recibe ingre-
sos por un trabajo formal y los primeros representan un segundo ingreso. En este tema,
no hay dos interpretaciones: se debe declarar.
Ahora bien, respondiendo a la primera pregunta: ¿Es necesario que formalice mi em-
prendimiento?
En términos simples, sí. Desde una perspectiva macroeconómica, el efecto de la informa-
lidad es significativo. Considerando el dato del 27% de informalidad en el período julio-
septiembre 2024 (fuente: INE), el Estado no percibe los ingresos por concepto de IVA e
impuesto a la renta que provendrían de estos negocios. Estos recursos son destinados a
financiar servicios que, para bien o mal, nos presta el Estado, tales como calles, hospita-
les, iluminación, entre otros.
Cuando no se perciben esos ingresos, el Estado debe ajustar su presupuesto y tomar
decisiones en función de los recursos disponibles. Esto genera una disyuntiva: decidir
entre construir más hospitales o invertir en seguridad, subsidiar patologías o aumentar la
dotación de carabineros. Todo esto sucede en un contexto donde enfrentamos proble-
mas graves en áreas como seguridad, vivienda y salud.
Si bien, en lo personal, considero que los impuestos deberían ser reducidos para aumen-
tar la inversión y, con ello, el empleo, lo que a su vez permitiría sacar a más familias de la
pobreza (con un desempleo del 8,2%, según el INE 2024), logrando que estas dejen de
depender del Estado, la situación no es simplemente una cuestión de opinión, sino más
bien de carácter legislativo. Sin embargo, este no es el foco de esta columna.
El énfasis lo pondremos en la informalidad y en cómo, cada día, los habitantes de este
país somos más numerosos. A esta realidad se suma la ola de inmigración ilegal, un gru-
po social que depende en gran medida del Estado y consume sus servicios, ya que, en la
mayoría de los casos, carecen de redes de apoyo en el país al que llegan.
Mientras tanto, el presupuesto estatal sigue siendo el mismo, destinado a cubrir las necesi-
dades de los ciudadanos nacionales, quienes ven menoscabados los servicios que el Esta-
do debería brindarles. Este fenómeno se refleja claramente en áreas como la mayor deman-
da de consultorios, hospitales, vivienda, seguridad, cárceles, colegios y otros servicios don-
de el Estado tiene una participación directa.
Uno de los efectos de la informalidad es que el Estado no puede responder de manera
oportuna y eficiente donde se le requiere. Este impacto también repercute en la inversión,
pues, debido a factores como la seguridad y otras variantes que no analizaremos aquí, no
siempre es evidente a primera vista. Sin embargo, estas consecuencias se reflejan en datos
como el desempleo.
En términos microeconómicos, al vender productos o servicios de manera informal, uno de
los primeros puntos a considerar es que el consumidor podría verse afectado. Esto se tra-
duce en riesgos para la salud o integridad física, además de la imposibilidad de hacer valer
la garantía que ofrece un comercio establecido.
Desde el punto de vista del consumidor, la informalidad no es un fenómeno unidireccional,
sino bidireccional. Desde la óptica del vendedor y del Estado —quien financia las obras pú-
blicas—, este último no recibe los ingresos por concepto de IVA provenientes del vendedor
informal. Al no regularizar su situación comercial, no solo se perjudica al Estado, que es una
entidad abstracta, sino que también afecta a la sociedad en general.
En términos particulares, esta práctica daña la economía del país, afecta a la región, la co-
muna, el barrio y, finalmente, a la propia familia del vendedor informal. Esto ocurre porque
se genera una competencia desleal hacia los emprendedores formalizados, quienes cum-
plen con el pago de impuestos, patentes, arriendos, remuneraciones y garantizan sus pro-
ductos y servicios.
Por otro lado, esta situación provoca un alza de precios. Al disminuir las ventas, el empren-
dedor formal debe seguir cubriendo sus costos fijos, necesarios para mantener operativo su
negocio. Esto crea una cadena de efectos negativos que impacta a todos.
Pongamos un ejemplo, real pero extremo: las personas que venden alimentos en la vía pú-
blica. ¿Qué sabemos de esos productos y su manipulación? ¿Están almacenados de mane-
ra correcta? ¿Cuentan con una adecuada cadena de frío, una fecha de caducidad válida, o
conocemos la procedencia de los productos?
Como se puede observar, esta situación perjudica a todos los individuos que consumimos
bienes y servicios que el mercado nos ofrece. Por ello, el llamado es a preferir únicamente
productos y servicios de comercios establecidos. Como vimos, esto nos beneficia a todos
de manera directa e indirecta, reflejando la importancia de estar formalizado.
En Asesorías H&C Spa, siempre te brindamos todo el apoyo que necesitas para formalizar
tu emprendimiento y garantizar que tu actividad comercial cumpla con toda la normativa vi-
gente..
Y la segunda pregunta ¿Qué beneficio tendré al estar formalizados?
El primer beneficio que obtendrás y que sentirás de inmediato es la tranquilidad de poder
trabajar sin temor a ser fiscalizado, multado o a que confisquen tu mercadería. Además, ten-
drás la posibilidad de tener una visión más clara de crecimiento, acceder a capacitaciones y
financiamiento para emprendedores, y diferenciar tu patrimonio personal del de tu emprendi-
miento.
También podrás contratar personal a medida que tu negocio crezca, solicitar financiamiento
a la banca cumpliendo ciertos requisitos, auto contratarte y obtener rebajas tributarias. Asi-
mismo, tendrás la oportunidad de fidelizar a tus clientes y lograr que tu marca sea reconoci-
da en el mercado gracias a la entrega de bienes y servicios de mejor calidad, a precios com-
petitivos y con un mejor servicio.
Entre los beneficios también se encuentra el aumento de tu cartera de clientes, lo que te per-
mitirá incrementar tus ventas y cumplir tus sueños. Además, dependiendo de tu actividad,
podrás participar en licitaciones públicas, fabricar y comercializar productos propios, entre
otros.
Todos estos beneficios estarán a tu alcance si haces las cosas bien y te formalizas.
¿Y tú, aún no te formalizas?